Están por todas partes, rodando de un lado para otro, salvando cada minuto para llegar a tiempo a todo, cada vez más respetuosos con el medio ambiente, cada vez más prácticos, cada vez más ambiciosos, estilosos, adaptables, peleando por esa autosuficiencia e independencia total, que no pueden sino ir de la mano.
¿Sabes de lo que hablo, verdad?
Me refiero a los millenials.
Una especie de lo más adaptada a su entorno hoy día, y es que empezamos siendo un boom de novedades incomprensibles, pero ahora somos nosotros los que marcamos las pautas.
Dimos pie a la moda de poner nombre a las generaciones, somos los de los ice coffee, las converse con traje y la vida en streaming. El metro nos lleva de calle, cuadramos nuestros horarios como podemos para llegar a la birra de las 9 en el bar de siempre, y los días se suceden entre recados, libros de emprendimiento y realización personal y pantallas de
todo tipo.
Ir con prisas es una forma de vida. Y no hay tiempo para atascos, aparcamientos, gasolinas y toda esa lista de recursos que atentan contra el planeta sin miramientos. De verdad, vivir en esta era resulta agotador. Tan agotador que un jueves por la mañana, alguno, que podrías haber sido tú, llegó a la conclusión de que era preciso un respiro, el tiempo y la distancia en nuestras manos, pero de una forma diferente. Divertida. Fresca. Real.
Y así nacieron las empresas de patinetes eléctricos de uso público, tales como Lime, Bird, Wind, etc. Los patinetes tomaban nuestras calles, y podían resultar chocantes, innecesarios e incluso molestos. Pero su atractivo funcional y eficiencia, sumados al
concepto eléctrico que tanto nos rodea y que pide a gritos ser incorporado para lograr un futuro más limpio, hablaron por sí solos.
El scooter conquista corazones urbanitas y la gente se va haciendo el ánimo de hacerse con uno, lo que empezó como un alquiler por minutos vía app llevaba a los usuarios a realizar importantes inversiones de entre 200 y 500 euros para adueñarse de uno de
estos.
Y hasta hoy, el perfil de millenial por excelencia queda configurado, sin cerrar puertas a futuras incorporaciones, y bajo los principios de: menos (cables) es más (libertad), eat and live clean como forma de vida, Netflix es un estado sentimental y el scooter está en el corazón de las almas más optimizadoras. Surfear calles también puede resultar de lo más “boho”.
En definitiva, no podemos quejarnos; el entorno, las modas y las innovaciones nos facilitan la vida para que podamos seguir dándolo todo, en menos tiempo y de mejor humor.

Por JACINTA SOSPEDRA